jueves, 5 de julio de 2007

Trabajo de Trinidad



LA ENCARNACIÓN.

Este es le tema principal de León, la realidad de la encarnación[1], por eso resalta la figura de la Virgen María, que de sus entrañas purísimas, el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros[2], tomando la condición de siervo verdaderamente libre del pecado. Pero la naturaleza asumida no es distinta a la nuestra. Por la gran misericordia que posee el Padre es que su Hijo vino al mundo[3].

“Fue engendrado en un nacimiento verdaderamente nuevo porque, una virginidad inviolada, que no conoció la cuncupiscencia, le proporcionó la materialidad de su cuerpo, de la Madre del Señor fue asumida su naturaleza, no la culpa;… y aún siendo admirable su nacimiento, no por ello la naturaleza es distinta de la nuestra”[4].

[1] Cf. León Magno, Cartas Cristólgicas, Madrid, Ciudad Nueva, 1999, Biblioteca Patrística, pág. 128.
[2] Cf. Juan 1,14.
[3] Cf. Ídem, pág. 119
[4] Ídem, pág. 121.

No hay comentarios: