23 de Noviembre-“Mujer”
TEXTO BÍBLICO- San Juan 2, 3-4
Le dice a Jesús su madre: “No tienen vino”. Jesús le responde: “¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora”.
REFLEXIÓN.
"Podemos comprender muy bien la actitud y las palabras de María, pero nos resulta difícil entender la respuesta de Jesús. Para comenzar, no nos gusta la palabra con que se dirige a ella: “Mujer”. ¿Por qué no le dice “Madre”? En realidad, el título “Mujer” expresa el lugar que ocupa María en la historia de la salvación. Remite al futuro, a la hora de la crucifixión, cuando Jesús le dirá: “Mujer, ahí tienes a tu hijo” [1] Por tanto, indica anticipadamente la hora en que Él convertirá a la Mujer, a su Madre, en Madre de todos sus discípulos. Por otra parte, ese título evoca el relato de la creación… Dios crea a Eva y en ella Adán encuentra la compañera que buscaba y le da el nombre de “mujer”. Así… María representa la mujer nueva, la mujer definitiva, la compañera del Redentor, nuestra Madre. Ese título, en apariencia poco afectuoso, expresa realmente la grandeza de su misión…
En la segunda frase de la respuesta de Jesús: “Todavía no ha llegado mi hora”, vemos que Jesús nunca actúa solamente por sí mismo… Actúa siempre partiendo del Padre, y esto es precisamente lo que lo une a María, porque ahí, en esa unidad a la voluntad del Padre, ha querido poner también Ella su petición: “Hagan lo que Él les diga”.
(S.S. Benedicto XVI. Homilía en viaje apostólico a Munich, Altötting y Ratisbona. 11 de septiembre de 2006).
[1] San Juan 19, 26.
TEXTO BÍBLICO- San Juan 2, 3-4
Le dice a Jesús su madre: “No tienen vino”. Jesús le responde: “¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora”.
REFLEXIÓN.
"Podemos comprender muy bien la actitud y las palabras de María, pero nos resulta difícil entender la respuesta de Jesús. Para comenzar, no nos gusta la palabra con que se dirige a ella: “Mujer”. ¿Por qué no le dice “Madre”? En realidad, el título “Mujer” expresa el lugar que ocupa María en la historia de la salvación. Remite al futuro, a la hora de la crucifixión, cuando Jesús le dirá: “Mujer, ahí tienes a tu hijo” [1] Por tanto, indica anticipadamente la hora en que Él convertirá a la Mujer, a su Madre, en Madre de todos sus discípulos. Por otra parte, ese título evoca el relato de la creación… Dios crea a Eva y en ella Adán encuentra la compañera que buscaba y le da el nombre de “mujer”. Así… María representa la mujer nueva, la mujer definitiva, la compañera del Redentor, nuestra Madre. Ese título, en apariencia poco afectuoso, expresa realmente la grandeza de su misión…
En la segunda frase de la respuesta de Jesús: “Todavía no ha llegado mi hora”, vemos que Jesús nunca actúa solamente por sí mismo… Actúa siempre partiendo del Padre, y esto es precisamente lo que lo une a María, porque ahí, en esa unidad a la voluntad del Padre, ha querido poner también Ella su petición: “Hagan lo que Él les diga”.
(S.S. Benedicto XVI. Homilía en viaje apostólico a Munich, Altötting y Ratisbona. 11 de septiembre de 2006).
[1] San Juan 19, 26.
“Madre, envuelta por el misterio de Vuestro Hijo,
muchas veces incapaz de entender, pero capaz de
recoger todo y meditarlo en el corazón…”
(S.S. Juan Pablo II. Homilía en Belem. Brasil. 8 de julio de 1980)
muchas veces incapaz de entender, pero capaz de
recoger todo y meditarlo en el corazón…”
(S.S. Juan Pablo II. Homilía en Belem. Brasil. 8 de julio de 1980)
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