Esta es una oración demasiado linda y profunda, que en verdad la aprendí hace mucho tiempo. Y de verdad expresa la grandeza del Espíritu de Dios, que a veces lo olvidamos. Que en verdad lo dejamos como el pariente pobre de la Santísima Trinidad. Es por ello que, doy inicio a mi blog con está oración dedicada al Espíritu Santo; encomendandome a él, parque sea la luz que guíe mi camino hacia el encuentro con el Padre, a través de su Hijo con la mano de María, nuestra Santísima Madre.
Ven Espíritu Santo. y desde el cielo envía. un rayo de luz. Ven padre de los pobres, ven dador de las gracias, ven luz de los corazones. Consolador óptimo, dulce huésped del alma, dulce refrigerio. Descanso del trabajo, en el ardor tranquilidad, consuelo en el llanto. Oh luz santísima: llena lo más íntimo de los corazones de tus fieles Sin tu ayuda nada hay en el hombre, nada que no sea inocente. Lava lo que está manchado, riega lo que es árido, cura lo que está enfermo. Doblega lo que es rígido, calienta lo que es frío, dirige lo que está extraviado. Concede a tus fieles que en ti confían, tus siete sagrados dones. Dales el mérito de la virtud, dales el puerto de la salvación, dales el eterno gozo. Amén.
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